
Para poder abordar este tema debemos dejar claro el termino de la fecundación in vitro el cual se define como: (FIV o IVF por sus siglas en inglés) es una técnica por la cual la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre. La FIV es el principal tratamiento para la esterilidad cuando otros métodos de reproducción asistida no han tenido éxito. El proceso implica el control hormonal del proceso ovulatorio, extrayendo uno o varios ovocitos de los ovarios maternos, para permitir que sean fecundados por espermatozoides en un medio líquido. El ovocito fecundado (el preembrión) pueden entonces ser transferidos al útero de la mujer, para iniciar un embarazo, siempre antes de los 14 días desde que el ovocito es fecundado, tiempo durante el cual el cigoto recibe el nombre de preembrión, después de esas 2 semanas recibe el nombre de embrión hasta los 57 días desde la fecundación del óvulo. A partir de esos 57 ya empieza a tener forma humana y recibe el nombre de feto.
Tomando muy encuentra esta definición podemos dar a conocer cada uno de los testimonios que la Iglesia da a conocer como un acto inmoral a la creación de nuevos seres por medios alternativos como lo es este; en sus enseñanzas sobre el matrimonio y la procreación, la Iglesia nos dice que el acto conyugal tiene dos significados: uno unitivo y otro procreador. Es decir, que el mismo acto por el que los esposos se unen en una sola carne, es el que los hace "idóneos para engendrar una nueva vida .". Dios ha querido que haya una conexión inseparable entre estos dos significados del acto conyugal que el hombre no puede romper por propia iniciativa.
Esta doctrina aclara el problema moral de la fecundación artificial homóloga. Si, por un lado, la contracepción priva intencionalmente al acto conyugal de su apertura a la procreación, por otro, la fecundación artificial intenta una procreación que no es fruto de la unión específicamente conyugal. Por lo tanto, la fecundación artificial deja la procreación fuera del acto conyugal, es decir del gesto especifico de la unión de los esposos.
Un hijo ha de ser el fruto de la donación recíproca realizada en el acto conyugal, en el que los esposos cooperan como servidores y no como dueños, en la obra del Amor Creador.El origen de una persona humana no puede ser querida ni concebida como el producto de una intervención de técnicas médicas y biológicas: esto equivaldría a reducirlo a ser objeto de una tecnología científica.
El deseo de un hijo es un requisito necesario desde el punto de vista moral para una procreación humana responsable. Pero esta buena intención no es suficiente para justificar una valoración moral positiva de la fecundación in vitro entre los esposos.La Iglesia es contraria desde el punto de vista moral a la fecundación "in vitro", ésta es en sí ilícita y contraria a la dignidad de la procreación y de la unión conyugal, aun cuando se pusieran todos los medios para evitar la muerte del embrión humano.
El documento, además, da unas palabras de aliento y consejo a aquellas parejas que son estériles: El sufrimiento de los esposos que no puede tener hijos o que temen traer al mundo un hijo minusválido es una aflicción que todos deben comprender y valorar adecuadamente.Por parte de los esposos el deseo de descendencia es natural: expresa la vocación a la paternidad y a la maternidad inscrita en el amor conyugal. Este deseo puede ser todavía más fuerte si los esposos se ven afligidos por una esterilidad que parece incurable. Sin embargo, el matrimonio no confiere a los cónyuges el derecho a tener un hijo, sino solamente el derecho a realizar los actos naturales que de suyo se ordenan a la procreación.
Un hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad: es más bien un don, "el más grande" y el más gratuito del matrimonio, y es el testimonio vivo de la donación recíproca de sus padres. Por este título el hijo tiene derecho a ser fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres y también tiene derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción.
La esterilidad, cualquiera que sea la causa, es una dura prueba. La comunidad cristiana está llamada a iluminar y sostener el sufrimiento de quienes no consiguen ver realizada su legítima aspiración a la paternidad y a al maternidad. Los esposos que se encuentran en esta dolorosa situación están llamados a descubrir en ella la ocasión de participar particularmente en la cruz del Señor, fuente de fecundidad espiritual. Los cónyuges estériles no deben olvidar que "incluso cuando la procreación no es posible, no por ello la vida conyugal pierde su valor. La esterilidad física puede ser ocasión para los esposos de hacer otros importantes servicios a la vida de las personas humanas, como son, la adopción, los varios tipos de labores educativas, la ayuda a otras familias, a los niños pobres o minusválidos".
Muchos investigadores se han esforzado en la lucha contra la esterilidad. Salvaguardando plenamente la dignidad de la procreación humana, algunos han obtenido resultados que anteriormente parecían inalcanzables.
OPINIÓN:
Tomando en cuanta el testimonio de la iglesia en cuanto a la fecundación in vitro como acto inmoral puedo deducir dos cosas:
La primera es que estoy en contra la doctrina que en este caso maneja la iglesia ya que algo muy importante que marca este procedimiento es que se esta generando una vida mas no se daña una para obtener la otra, algo que me parece muy bueno es que actualmente muchas parejas se benefician de este proceso ya que se están encontrando altos indices de individuos con bajas probabilidades de concebir un hijo.
Tomando el punto de la iglesia donde dice que la alteración del cuerpo humano es pecado porque se toma la creación del todo poderoso para generar algo que no esta bien concebido en ella; algo a destacar es la iglesia como muestra el vació de algunas parejas al no poder tener un hijo y como Dios llena ese espacio por medio de la Oración y de la unión de almas.
Para finalizar creo que la iglesia solo se basa en que no esta de acuerdo con la alteración del cuerpo humano y como la ciencia a llegado a cambiarlo en si, mientras no toma que la fecundación artificial es una posibilidad de rehacer los matrimonios que hoy en día se acaban por problemas fertilidad en las parejas.